Seguidores

Podéis leer buenas narraciones en la Biblioteca de Relatos.

4 de abril de 2010

ENTREVISTA A CONCHI REGUEIRO SOBRE SU NOVELA "LA MODERNA ATENEA"


La moderna Atenea. Granada, Grupo Editorial AJEC, 2008. 165 p. (Albemuth bolsillo, 16)

Una novela que sólo cuando hayamos leído muchas páginas descubriremos que pertenece al género de la ciencia ficción (así pues, pueden leerla los reticentes y los que aún tienen prejuicios hacia ese género). Una obra que sabe recrear el siglo XIX, un ambiente de provincias, y una revista, El prodigio de las letras, con verdadero encanto. Un texto de trama y urdimbre complejas, pero que atrapa hasta el punto de que a partir de un momento no puedes dejar de leer hasta descubrir la verdad. Una historia feminista que demuestra que el feminismo no muerde y los libros tampoco, y con protagonistas lesbianas y un coprotagonista homosexual, aunque eso es una circunstancia más de la novela, y se trata con la naturalidad que debería existir siempre.
Un libro entretenido, para disfrutar aunque también para especular un poco, como debe hacer toda buena ciencia ficción.
Todo esto puede encontrarse en La moderna Atenea, la última novela de la escritora gallega Conchi Regueiro, quien nos ha concedido una entrevista sobre la novela y sobre ciencia ficción.

Entrevista a Conchi Regueiro
:

Pregunta Lola Robles: Háblanos un poco de tu trayectoria literaria hasta hoy.
Respuesta Conchi Regueiro: Supongo que no es muy original, o tal vez sí, puede. Es la de una persona que tuvo siempre muy claro que quería escribir y sobre eso fue construyendo su obra, pasito a pasito y sin cejar en el empeño pese a algunas frustraciones iniciales, con la idea fundamental, clave y apasionada de poder contar historias, ni más, ni menos. Una persona que, además, tiene la inmensa suerte de poder hacerlo en dos lenguas como el gallego y el castellano lo que, valoraciones ideológicas al margen, es como el músico que en un concierto toca algunas canciones con guitarra eléctrica y otras con guitarra acústica: toda una fiesta. Así pues, y como puede comprobarse en un simple vistazo por mi bibliografía, desde mi primera obra publicada, Tempos agradables, a la última hasta la fecha, A herdanza do marqués, una novela de literatura juvenil, lo que más me interesa es contar una historia y, como contadora de historias, quiero cumplir con ese cometido de la forma más original y, sobre todo, más honrada posible. Con ello quiero decir que, en todo lo que he escrito de ficción, tanto cuentos como novelas, no he dudado en emplear cuanto elemento pudiese introducir alguna novedad en la narración, bien con el empleo de recursos tan ajenos a la novela como legislación ficticia o registros de entrevistas de Tempos agradables, o editoriales de revistas y e-mails como en la propia La moderna Atenea o, incluso, una narración marcha atrás, desde el final hacia el principio, como es el caso del cuento "El punto canalla" pero, y ahí está la explicación a la segunda parte de mi afirmación, quiero contar una historia, es decir, dirigirme a un lector o lectora en una especie de comunicación diferida y, como tal, no puede haber trucos que la contaminen, es decir, nada de giros tramposos en el desarrollo, ni Deus ex machina ni cosas de estas. Es lo que llevo intentando desde que me puse en serio con esto del negro sobre blanco, hecho oficial en 2002, año de mi primera publicación. En ese camino se ha dado también algún que otro descubrimiento estupendo, como es el caso de la Literatura Juvenil, quizás uno de los reductos donde aún se sigue teniendo el mayor cuidado por la narración, y en el que yo llevo ya tres títulos publicados. Por el contrario, esta trayectoria me ha demostrado que hay campos por los que, seguramente, nunca transitaré, como el de la poesía.

Pregunta L. R.: ¿Por qué te gusta escribir ciencia ficción?
Respuesta C. R.: A eso que decimos tan a menudo las autoras y autores del género (somos una panda de pelmas) de crear mundos nuevos, especular de forma racional sobre las posibilidades de la Tecnología, las sociedades futuras y las consecuencias de todo ello, y ese largo etcétera que solemos añadir y al que yo, lógicamente, me adhiero convencida, hay otro elemento que en una ocasión mencionaba Junot Díaz en una entrevista y que creo que se adapta perfectamente a mis planteamientos, y es que la Ciencia-Ficción es un género en el que se trata sobre el poder básicamente, algo que es realmente un leitmotiv en toda mi obra, incluso en la destinada a un público juvenil. Aunque, finalmente, debo volver a lo ya comentado en la primera pregunta: la CiFi, al igual que otros géneros como el negro, el terror…. te permite contar historias, usando determinadas convenciones que son a la vez unas magníficas herramientas para desarrollarlas y, como se recordará, mi principal objetivo cuando escribo es contar historias.

Pregunta L. R.: ¿Qué autoras y autores, españoles o extranjeros, de ciencia ficción, te gustan más?
Respuesta C. R.: La verdad es que soy más de obras concretas que de autores. Aún así, hay un buen número de ellos, desde los clásicos como Dick, Bradbury, Matheson, Úrsula K. Le Guin… a otros más cercanos en el tiempo. Me encanta Connie Willis, creo que escribe lo que yo querría escribir y, sobre todo, lo que yo quiero leer. Una novela como El libro de día del Juicio Final da en el clavo en todos sus elementos: trama, desarrollo de personajes, una idea manida como los viajes en el tiempo que gracias a su maestría cobra una nueva dimensión… Además, tiene un admirable sentido del humor, algo que vierte en obras (injustamente consideradas “menores”) como Sin contar al perro. También tengo verdadera admiración por lo que hizo el inglés China Mievielle (por cierto, autor alabado por la propia Le Guin) con esas tres novelas ambientadas en Nueva Crobuzón: La estación de la calle Perdido, La cicatriz y El Consejo de Hierro, aunque no pueden considerarse Ciencia-Ficción al 100%, me fascina esa capacidad de recrear un espacio urbano tan complejo y lleno de vida y hacerlo sobre todo desde una perspectiva de izquierdas, algo que no suele verse a menudo en este tipo de sagas.
Por lo que respecta a España, hay una tal Lola Robles que hace cosas muy, pero que muy interesantes. La considero la escritora referente de la CiFi por estas latitudes. El informe Monteverde es realmente de las cosas más originales que se han escrito de Ciencia-Ficción Hard por aquí (considero sin dudar que ese planteamiento a partir de la Lingüística es tan Hard como un referente de la Astronomía o de la Biología) y Flores de Metal es una novela muy potente tanto en historia como en personajes. Sólo con la descripción del inicio consigue crearte una imagen perfecta de la ciudad de Farewell, todo un logro que ya te hace engancharte al resto del libro.

Pregunta L. R.: ¿Escribes sólo ciencia ficción o has publicado también obras de otros géneros?
Respuesta C. R.: En la entrevista que me habían hecho los amigos de Libro Andrómeda me definía como escritora de ciencia-ficción con ocasionales infidelidades en otros géneros, algo que pienso seguir manteniendo mientras pueda. He hecho algo de entrada tan opuesto a la ciencia ficción como un melodrama con tintes sociales en Vistas al Río, y una novela juvenil de búsqueda del tesoro como O tesouro das ánimas, aunque creo que de una u otra forma se acaba notando esta procedencia de un género determinado, cosa perfectamente constatable en mi última obra publicada, A herdanza do marqués, una novela juvenil de terror pero que tiene un desarrollo argumental propio de la Ciencia-Ficción, es más, yo finalmente la clasifico en este apartado aunque en un primer momento la colocase dentro del terror.

Pregunta L. R.: La moderna Atenea es una novela de estructura y trama bastante complejas. ¿Crees que eso disuade a cierto público lector de ciencia ficción, o por el contrario, que el nivel actual de los lectores es alto y les gustan obras nuevas y originales?
Respuesta C. R. : No creo que sea tanto un problema de estructura y trama como de tipo de historia, caso de que haya podido disuadir a alguien. Me temo que, cuando eres lector o lectora habitual de un género determinado, puedes tener algún que otro prejuicio para hacer tu selección, esto es, buscar sólo historias de Space Opera, o sólo historias de Ciencia Ficción Hard… con lo que algo tan ecléctico como mi humilde novela y con unos escenarios tan poco habituales como una publicación cultural amateur de una ciudad de provincias y las personas que la llevan a cabo o determinados episodios del siglo XIX, de entrada, no va a estar en tu punto de mira. Con todo, la novela tuvo una acogida favorable, aunque no tan amplia como me hubiera gustado, lo que me lleva a pensar que también la gente desea algo distinto en este campo. Por lo general, considero el nivel del público lector de Ciencia-Ficción aquí en España bastante alto, así que, caso de haber una circunstancia que disuada de leer una novela como la mía, puede estar más en los prejuicios de los que antes hablaba y, como ya decía Einstein (creo), es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

Pregunta L. R.: ¿Tuviste que documentarte mucho para escribir esta historia?
Respuesta C. R.: Es cierto que tuve que hacer bastante trabajo de documentación, aunque no exhaustivo, pero también es cierto que lo disfruté mucho por el montón de cosas que me descubrió, así que tuvo un componente lúdico muy agradable. Empecé por el volumen referido al siglo XIX de Historia de las mujeres y acabé repasando apuntes de Neurofisiología de la carrera, y, por el camino, muchos volúmenes sobre historia de esa época, de los movimientos sociales y, cómo no, mucha, mucha, Internet. Tras la documentación, vino lo más difícil, como es intentar que no se note y todos esos datos queden insertados de forma natural en la historia, de forma que esta no parezca una enciclopedia resumida de esos temas.

Pregunta L. R.: ¿Pensaste en la historia de Frankenstein al escribir la novela?
Respuesta C. R. : Es muy curiosa esta pregunta ya que la criatura de Mary Shelley no pasó ni una sola vez por mi cabeza mientras la escribía, que yo recuerde, aunque vete tú a saber qué trucos te juega el subconsciente. Creo que no pensaba en ningún personaje en concreto y, como mucho, podía haber cierta influencia de algún que otro de los cuentos de Borges, pero de forma muy tangencial y, quizás de una manera más destacada por lo que respecta a la ambientación, las de las novelas victorianas de Sarah Waters, sobre todo El lustre de la perla. La génesis de La moderna Atenea es bastante curiosa pues estaba destinada a ser a priori un simple apunte, sin más trascendencia, sobre una imaginaria mujer que, por sus características, habría interesado al autor portugués Eça de Queiroz para su novela O primo Bazilio (por cierto, novela absolutamente recomendable y en un mismo nivel de retrato social certerísimo de una Regenta o de una Fortunata y Jacinta), es decir, una especie de juego metaliterario que cuando lo inicié de verdad que no tenía ni la más remota idea de dónde me podía llevar, pues en esa época estaba más centrada en otra historia que, finalmente, no llegó a buen puerto. Fue la propia fuerza que iba adquiriendo esa misteriosa Dorotea Suances la que me hizo dotarla de más cosas, inclusive coprotagonistas de una misma importancia en la narración. El elemento concreto de la Ciencia Ficción apareció ya muy avanzada la historia y en sustitución de una idea inicial que quería desarrollar sobre un artefacto propio de un steampunk y demostrada inviable por la propia coherencia de la historia.

Pregunta L. R.: Karen Blixen, la autora de Memorias de África, se preguntó si somos más felices o más desgraciados cuanto más talento poseemos. ¿Tú crees que una persona con capacidades especiales, pero cuyo caso es único, puede ser más feliz o más desgraciada que el resto de los humanos?
Respuesta C. R.: En realidad, y aquí hablo fundamentalmente desde la experiencia acumulada por el desempeño de variados trabajos y el consiguiente contacto con un número amplio y diverso de gente, creo que todo dependerá de la idiosincrasia de la persona en cuestión, de la madera de la que esté hecha. Un personaje como el de La moderna Atenea, que es el que, imagino, motiva esta pregunta (y aquí voy a esforzarme en no meter un spoiler) está absolutamente determinada por una condición vital excepcional que realmente terminaría trayendo la más absoluta desdicha a cualquiera (creo que está bien claro por qué), así que, finalmente, va a depender mucho de eso que hoy en día se llama “inteligencia emocional” para seguir con su vida y conseguir que sea más o menos feliz o, quizás mejor dicho, lo menos angustiosa posible. Al fin y al cabo, somos seres sociales que dependen de su contacto con ese entorno y, en este caso, hay un hecho que, digamos, complica terriblemente esa condición.

Pregunta L. R.: Se ha hablado de la novela como una obra feminista. ¿La pensaste de antemano así?
Respuesta C. R.: Como dije antes, no tenía pensada de antemano ninguna característica o tesis para la historia, las fue cogiendo en su desarrollo y, a decir verdad, me alegro que terminase tomando ese cariz feminista. Lo que está claro es que cuando haces una historia de tres mujeres que trabajan en equipo contra viento y marea en un proyecto excepcional en pleno siglo XIX en una ciudad de provincias tiene que salir a la fuerza un componente feminista, es inexcusable. Seguramente, si hubiera hecho ese mismo planteamiento con tres hombres, la historia como tal no existiría pues muchas de las dificultades que esas protagonistas tienen que sortear, a ellos ni siquiera se les plantearían.

PreguntaL. R. : ¿Qué acogida ha tenido La moderna Atenea?
Respuesta C. R.: A nivel crítico, su acogida ha sido más que buena. Todas las reseñas sobre la misma que circularon por ahí fueron muy positivas y creo que a la gente que la leyó, en líneas generales, le gustó, de hecho, llegó a quedar como finalista en la categoría de mejor novela española de los Premios Ignotus 2009, unos premios, como es sabido, decididos por votación del conjunto de la AEFCFT en sus diversas fases. A nivel de ventas… En fin, dejémoslo en que, una vez más, se demuestra el habitual divorcio crítica-ventas respecto a un producto.

Pregunta L. R.: ¿Qué tal tu experiencia con el mundo editorial? ¿Te es fácil publicar?
Respuesta C. R.: No sé cómo resumir mi experiencia con el sector, la verdad. Creo que, en general y salvo las muy conocidas excepciones, y no sólo hablando de mi caso concreto, se sigue mirando con lupa hasta la última palabra de cada manuscrito antes de decidir su publicación, por mucho que se tenga ya a las espaldas una obra variada y bien valorada, y todavía sigues teniendo sobre tu cabeza esa posibilidad espantosa de que te rechacen el original, así que éste es un tema que me produce cierto cansancio.
Por lo que respecta a mi relación con las editoriales que me han publicado, la verdad es que siempre he tenido una inmensa suerte. Nunca han intentado meter las "zarpas" en las historias y siempre han respetado a rajatabla todas mis decisiones sobre la obra, así que, a ese nivel, me considero muy afortunada.

Pregunta L. R.: ¿Qué estás escribiendo ahora?
Respuesta C. R.: Uf, la pregunta más ardua. Desgraciadamente, paso una época en la que no estoy con nada concreto y me dedico a ensayar diversas ideas posibles, algunas realmente peculiares y sin muchas posibilidades de desarrollo por mis limitadísimos conocimientos del medio, como el argumento para una serie de TV. Hoy por hoy, la que parece mejor situada para concretarse es una novela de fantasmas, pero está todavía en una fase muy inicial, así que tampoco se puede decir mucho más de ella.


Podéis encontrar la bibliografía de esta autora en: Bibliografía de Conchi Regueiro